Su empresa debe ser social. Y punto.
Una empresa no puede pensar en estrategia, hoy, sin mirar a las redes sociales. Si, en la actualidad, una compañía piensa que su relación armoniosa y positiva con el entorno –desde el punto de vista de sus intereses y objetivos- no pasa por observar qué se dice de ella en todos los mundos (offline y online), puede que esté cometiendo un grave error, precisamente, estratégico.
La mayoría de las empresas cree que, como no tienen cuentas en el mundo digital, no tienen que rendirle cuentas a nadie. Pero que no estén en las redes sociales no significa que las redes no hablen de ellas. La llegada de Twitter, Facebook, LinkedIn, Youtube y su nueva manera de comunicarse, ha implicado el fin de la comunicación mecánica, en donde lo único que se buscaba era la transmisión de información con la menor cantidad de ruido en el proceso. Ahora el objetivo es convertirse en un mediador de las interacciones generadas por la comunicación, tanto dentro como fuera de la empresa.
El mayor acceso a las tecnologías de la información que tiene la población (en Chile hay 11,5 millones de usuarios conectados a internet y 23 millones de teléfonos celulares) permite que cualquier persona, sin importar su ubicación, pueda tener contacto en algún momento con una empresa. Esa burbuja de ocio, ese momento de conexión, es vital para generar una intención aun sin intención.
El contenido adecuado, la plataforma justa y la herramienta perfecta forman parte de un plan de comunicación estratégica bien diseñado, tomando en consideración la necesidad de una buena investigación previa y un sistema de evaluación permanente. Esto le permitirá a las empresas responder a los usuarios de la mejor manera posible, sin perder de vista sus objetivos primordiales.
Las redes sociales, hoy, permiten diagnosticar e impactar de mejor manera a las audiencias, ansiosas de ser escuchadas. Precisamente, en los lugares donde están hablando. Por eso, las empresas tienen la obligación de ser sociales. Y punto.